Allpanchis, año XLIX, núm. 89. Arequipa, enero-junio de 2022, pp. 141-176.
ISSN impreso 0252-8835 / ISSN en línea 2708-8960 DOI: https://doi.org/10.36901/allpanchis.v49i89.1333
artículo académico
La alianza controlada entre el Perú y Bolivia durante la Guerra del Pacífico. El pacto de tregua y el transporte de armas desde Buenos Aires (1881-1883)
Julio ABANTO CHANI
Pontificia Universidad Católica del Perú (Lima, Perú)
julio.abanto@pucp.edu.pe Código ORCID: 0000-0001-8520-7884
Un tema de permanente discusión en la historiografía peruana es conocer la actitud de Bolivia luego de la batalla de Alto de la Alianza (Tacna, mayo de 1880). Existen algunas posiciones que indican que la alianza con el Perú terminó en ese momento, y otras que sostienen que se mantuvo de forma intermitente y sin mayor actividad hasta el fin de la guerra. No obstante, a partir de la caída de Lima en 1881 se abrió un escenario de disputa por el poder entre los diversos gobernantes como Nicolás de Piérola, Francisco García Calderón, Lizardo Montero y Miguel Iglesias, expresándose en las acciones de las legaciones peruanas en La Paz por los agentes Enrique Bustamante y Manuel María del Valle. En este escenario, Del Valle
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se encargó de afianzar las relaciones de alianza con Bolivia en dos aspectos específicos, que muestran la vigencia y plenitud de las relaciones, pero contenidas por los resultados militares y condiciones políticas en ambos países: un pacto de tregua para suspender las hostilidades y las coordinaciones con el gobierno del presidente Campero, a fin de trasladar el armamento peruano depositado en Buenos Aires.
A subject of permanent discussion in Peruvian historiogra-phy is knowing the attitude of Bolivia after the battle of Alto de la Alianza in Tacna (May 1880). There are some positions that indicate that the alliance with Peru ended at that time and others that indicate that it was maintained intermittently and without much activity until the end of the war. However, from the fall of Lima in 1881, a scene of dispute for power was opened between the various rulers such as Nicolás de Piérola, Francisco García Calderón, Lizardo Montero and Miguel Iglesias, expressing themselves in the actions of the Peruvian le-gations in La Paz for agents Enrique Bustamante and Manuel María del Valle. In this scenario, Del Valle was in charge of strengthening the alliance relations with Bolivia in two specific aspects, which show the validity and fullness of the relations, but contained by the military results and political conditions in both countries: a truce pact to suspend hostilities and coor-dination with the government of President Campero in order to transfer the Peruvian weapons deposited in Buenos Aires.
EN 1881, TRAS EL CISMA PRODUCIDO por la caída de Lima y el ingreso de las tropas chilenas a la capital peruana, la clase política se dividió al establecerse dos presidentes de forma paralela en Lima y en Ayacucho: Francisco García Calderón (nacido en febrero de 1881) y Nicolás de Piérola (emergido a través de un golpe de Estado en diciembre de 1879), respectivamente (McEvoy, 2016, p. 362). Cada uno desplegó a sus propios representantes diplomáticos en las diversas ciudades de América y Europa, en especial en las plazas claves como La Paz, París y Washington. Sin embargo, el gobierno provisorio no pudo enviar a un agente a Bolivia que hiciera frente al diplomático pierolista Enrique Bustamante y Salazar, quien se mantenía en el puesto desde 1880. En ese sentido, Bustamante fue una pieza medular en la dinámica diplomática trazada por Piérola, que tenía como meta reorganizar su gobierno y enfrentar a García Calderón y sus aliados en el extranjero (Secretaría de Estado de los Estados Unidos y la Compañía de Sociedad de Crédito Industrial de París).
¿Por qué fracasó García Calderón y no tuvo un agente diplomático que lo representara ante el gobierno de Campero? Dos explicaciones se pueden plantear. La primera es que, al realizar la evaluación de la situación internacional tras las derrotas de las batallas de San Juan y Miraflores, Piérola fue consciente de su debilidad en el frente exterior; las legaciones que podían contribuir a su fortalecimiento político, económico y militar eran: Francia con Toribio Sanz y Bolivia con Enrique Bustamante. Sanz proveería de fondos para sostener al gobierno pierolista y Bustamante haría todo lo posible para mantener incólume la fuerza del tratado de alianza, hasta obtener el respaldo del aliado para proponer nuevos planes de batalla. Por esta razón, Piérola salió de Junín hacia Arequipa para pa-
sar revista al ejército del sur y pasa de inmediato hacia La Paz. Allí
se entrevistará con el presidente Campero y suscribiría, en junio, con Aurelio García y García1 un tratado comercial que esperaba ser ratificado en la Asamblea de Ayacucho al mes siguiente. De esta manera, el esquema desarrollado por Piérola tenía como base el trabajo conjunto con el gobierno boliviano, a tal punto de que se trazó un plan militar que implicaba la salida de tropas de Oruro hacia Tarapacá (Del Solar, 1887, pp. 15-16), en combinación con la movilización del ejército en el norte, centro y sur.2 Paralelamente, Ladislao Cabrera fue nombrado agente boliviano en Estados Unidos y esperaba abrir un crédito para los países aliados, en una iniciativa que se inició el último trimestre de 1880 y se extendió en estos esfuerzos hasta 1882, cuando terminó su trabajo en un completo fracaso y regresó a La Paz (Siles, 1984, pp. 49-59).
Por otro lado, para contrarrestar esta estrategia, García Calderón decidió priorizar Washington antes que La Paz, porque tenía ya en mente conseguir una paz honrosa, basada en la no cesión de territorio y que podía aspirarse con la influencia de la intervención extranjera, específicamente con el apoyo político de Estados Unidos y el económico proporcionado por grupos económicos franceses (Sociedad General de Crédito Industrial de París). Frente a la alianza con Bolivia que refuerza Piérola, García Calderón asienta un trabajo de orfebrería diplomática, la cual tendría como principal alfil al experimentado agente Juan Federico Elmore. Este plan fue iniciado e impulsado por el nuevo representante norteamericano en el Perú, general Stephen Hurlbut, quien crearía numerosos problemas a las autoridades chilenas en Lima (Abanto, 2012, pp. 76-86; Ballón, 2006).
Biblioteca Nacional del Perú [en adelante, BNP], Archivo Piérola, sobre 5000000610. Decreto de Secretaría General. Ayacucho, 6 de mayo de 1881.
BNP. Archivo Piérola, sobre 5000000612. Carta de los comisionados Francisco Ramos y Juan Martín Echenique al coronel Belisario Suárez. Abancay, 21 de noviembre de 1881.
Inicialmente, el plan del gobierno provisorio no tiene éxito y todo le sale mal: prefectos enviados a los departamentos que regresan con las manos vacías, expediciones militares que terminan con gran parte de sus efectivos desertando, dilatación en la instalación del nuevo Congreso de Chorrillos para ratificar la paz. Esto influía en una mala imagen contra García Calderón en julio de 1881. Pero, con el respaldo norteamericano, poco a poco se va cambiando este panorama desolador. Hurlbut fue imponiendo el peso diplomático de su país en favor de García Calderón y fue conquistando espacios en desmedro de Chile y de Piérola: logró motivar la rebelión del ejército de Arequipa y el desconocimiento al exdictador por parte de los jefes militares del norte (Lizardo Montero), centro (Andrés A. Cáceres) y sur (José de la Torre) del país (Bruce, 1999, p. 113; McEvoy, 2016, pp. 363-366).
Sin embargo, este plan tenía bases frágiles. Considerando, sobre todo, que la intervención extranjera tenía su toma de decisiones centralizadas en Washington y París. Por ello, tras el asesinato del presidente Garfield, el plan se vino abajo rápidamente y Chile no se quedó con los brazos cruzados: en septiembre desarmó a la guardia urbana que tenía el gobierno provisorio y confiscó todos sus ingresos. Enfatizó estas medidas con la declaración de no reconocer a ninguna autoridad peruana y mucho menos a la de García Calderón (Abanto, 2012, pp. 86-96). Este es el punto de partida para comprender el contexto en el que se desarrollarán las acciones entre 1881-1883 y que tendrán como oscilación responder la siguiente pregunta: ¿cuál debía ser la posición peruana para concluir y afrontar las consecuencias de la guerra: mantenerse aferrada al espejismo salvador de un apoyo exterior o reafirmarse en tomar como bases de sus acciones a la alianza con Bolivia?
Para responderla, analizaremos el accionar de la legación peruana en Bolivia en dos aspectos fundamentales y la actitud del gobierno boliviano que muestren que, si bien la alianza subsistió y se dieron importantes gestos, no fue plena porque estuvo condiciona-
da permanentemente a la coyuntura militar y política de la guerra: las gestiones diplomáticas para concluir la guerra y la movilización de armas. Para ello consultaremos la documentación del Archivo Central del Ministerio de Relaciones Exteriores, el Archivo del Museo Nacional de Arqueología, Antropología e Historia del Perú, el Archivo Piérola de la Biblioteca Nacional del Perú y el Archivo Histórico del IRA de la Pontificia Universidad Católica del Perú.
A inicios de octubre de 1881, Bustamante veía cómo se inver-tía la correlación de fuerzas entre García Calderón y Piérola, pues este perdía aceleradamente la confianza conseguida en el primer semestre con el gobierno de Campero. Para el agente peruano era evidente que la causa era la influencia de las gestiones diplomáticas de la legación de Estados Unidos en el Perú, y le aseguró a Piérola que bregaría para que no se dislocase la alianza con Bolivia.3 Pero no pudo contener la embestida de las noticias de la pérdida de Arequipa para el pierolismo, el aprisionamiento de García Calderón, la nominación de Lizardo Montero, jefe del norte, como vicepresidente, y la inacción en la que quedó atrapado Piérola en Ayacucho. Esta nueva crisis política echó por tierra el plan de campaña que había coordinado Piérola con Campero, listo para ejecutarse en octubre (Del Solar, 1887, p. 16).
En diciembre, se agravó aún más la situación de aislamiento de Bustamante por la adhesión de Cáceres al gobierno provisorio4 y
BNP, Archivo Piérola, sobre 5000000764. Carta de Enrique Bustamante y Salazar a Nicolás de Piérola. La Paz, 4 de octubre de 1881.
BNP, Archivo Piérola, sobre 5000000648. Carta de Enrique Bustamante y Salazar a Nicolás de Piérola. La Paz, 2 de diciembre de 1881.
a la vez se iba distanciando de Campero, quien sentía simpatías por los revolucionarios, que habían enviado a Víctor Benavides como agente confidencial, buscando el reconocimiento del nuevo orden de cosas en el Perú.5 Para empeorar las cosas, Bustamante se encontraba en medio de dificultades surgidas con el canciller boliviano Quijarro en la negociación del impuesto a los alcoholes y aguar-dientes, aprobado en el tratado del 7 de junio,6 y tuvo una fuerte discusión con el ministro general García y García por diferencias irreconciliables en el tratamiento de los asuntos internacionales.7
Bustamante salió de La Paz el 24 de diciembre y entregó el archivo de la legación peruana en custodia del señor Alencar de la legación de Brasil. Estos documentos serían entregados luego al nuevo agente peruano: Manuel María del Valle,8 quien fue nombrado por Montero el 19 de diciembre de 1881.9 Este era un decidido civilista, parlamentario en el Congreso de Chorrillos, quien trató de buscar la adhesión de Andrés A. Cáceres al gobierno provisorio, pero fue rechazado rotundamente (De la Puente Candamo y De la Puente Brunke, 2016, p. 139; Abanto, 2012).
BNP, Archivo Piérola, sobre 5000000648. Carta de Enrique Bustamante y Salazar a Nicolás de Piérola. La Paz, 2 de diciembre de 1881.
BNP, Archivo Piérola, sobre 5000000648. Carta de Enrique Bustamante y Salazar a Nicolás de Piérola. La Paz, 2 de diciembre de 1881.
BNP, Archivo Piérola, sobre 5000000764. Oficio de la legación del Perú en Bolivia al Ministerio General. La Paz, 3 de octubre de 1881.
Archivo Central del Ministerio de Relaciones Exteriores [ACMRE], caja 281, file 17. Bolivia. 1882. Oficio 5 de la legación del Perú en Bolivia al Ministerio de Relaciones Exteriores. La Paz, 10 de febrero de 1882.
ACMRE, CC 149, f. 19. Oficio del Ministerio de Relaciones Exteriores a la legación del Perú en Bolivia. Cajamarca, 19 de diciembre de 1881.
En sus instrucciones, Del Valle supo que no era posible revertir la situación militar, por lo que era conveniente aceptar los buenos oficios del gabinete de Washington y debía pedir al gobierno boliviano nombrar a sus plenipotenciarios para abrir negociaciones de paz basadas en la no cesión territorial. Llegó a La Paz el 22 de enero de 188210 y cuatro días después fue recibido oficialmente en audiencia pública (Abanto, 2017b, p. 191) y solemne por el vicepresidente de Bolivia, siendo reconocido como representante diplomático11 y a toda su comitiva: Guillermo Seoane (secretario), Exequiel Ossio (adjunto), capitán Lisdoro Benavides, coronel José
R. de la Puente, coronel José de la Torre (adjuntos militares) y Carlos Sologuren (agente financiero).12 Lo primero que hizo Del Valle fue celebrar un banquete oficial para el cuerpo diplomático y contó con la presencia del vicepresidente Salinas, diversos cónsules y autoridades departamentales, miembros del municipio, prensa y vecinos notables de la localidad.13
ACMRE, caja 281, file 17. Bolivia. 1882. Oficio 1 de la legación del Perú en
Bolivia al Ministerio de Relaciones Exteriores. La Paz, 26 de enero de 1882.
ACMRE, caja 282, file 17. Agentes confidenciales. 1882, f. 9. Oficio 18 de Delegación del Supremo Gobierno al Ministerio de Relaciones Exteriores. Lima, 9 de febrero de 1882.
ACMRE, CC 149 (1881), caja 281 (files 17 y 18), caja 282 (file 1). Bolivia. 1882.
CC 165 (1884).
ACMRE, caja 281, file 17. Bolivia. 1882. Oficio 10 de la legación del Perú en
Bolivia al Ministerio de Relaciones Exteriores. La Paz, 28 de febrero de 1882.
Primer momento. Bolivia y el nacimiento de la propuesta de pacto de tregua (enero-abril de 1882)
El 3 de febrero, Del Valle tomó conocimiento de los rumores sobre un arreglo de tregua14 realizado en Tacna entre los señores Baptista por Bolivia y Llillo por Chile.15 Ante ello, el canciller boliviano Zilveti expresó que Bolivia no había faltado en ningún momento a la alianza, pues Llillo no tenía plenos poderes para negociar un tratado y Baptista se había detenido en Tacna porque iba con destino al Congreso de Panamá, pero al encontrarse con Llillo tuvieron unas conversaciones confidenciales buscando una alternativa a la mediación norteamericana de W. Trescot. No obstante, Baptista replicó que este tema no se debatiría sin la presencia del Perú, lo que fue rechazado por Lillo, porque la invitación era solo para Bolivia16 (Querejazu, 1979, pp. 654-658; Phillips, 1973, pp. 266-267; Viscarra,
1889, pp. 292-293; Caivano, 1904, pp. 271-306).
Además, el canciller Zilveti aprovechó en presentar oficialmente un acta con un pacto de tregua a Del Valle, ante un posible fracaso de la mediación norteamericana. Este le pidió definir cómo se llevaría a cabo esta propuesta: zona neutral, territorio ocupado por las fuerzas chilenas, desocupación de Lima, cesación de hostilidades y libertad para el establecimiento del gobierno provisorio. El
De acuerdo con el Comité Internacional de la Cruz Roja señala que las treguas
«son acuerdos mediante los cuales se interrumpe el uso de medios de guerra en zonas específicas por un periodo de tiempo. Esto no implica necesariamente la voluntad de terminar con el conflicto armado» (Comité Internacional de la Cruz Roja, 2018). En el contexto del presente artículo, la tregua fue el medio que propuso Bolivia entre 1882 y 1883 para detener temporalmente las acciones bélicas para, más adelante, evaluar y discutir un tratado de paz entre los países aliados y Chile.
ACMRE, caja 281, file 17. Bolivia. 1882. Oficio de la legación del Perú en Bolivia al Ministerio de Relaciones Exteriores. La Paz, 3 de febrero de 1882.
ACMRE, cajas 7-13. Delegaciones y Comisiones. Año 1882. Memorando suscrito entre la legación del Perú en Bolivia y el Ministerio de Relaciones Exteriores de Bolivia. La Paz, 11 de febrero de 1882.
problema era que, si Del Valle rechazaba este ofrecimiento, se dejaba libertad al gobierno boliviano para tomar una decisión unilateral y sería el fin de la alianza.
Sin embargo, Del Valle era suspicaz con el verdadero objetivo que Chile perseguía con la tregua: ¿era tan importante un pacto de tregua o se necesitaba un tratado de paz?17 (Parodi, 2001, pp. 58-59). Debemos tener presente que Chile buscó dividir permanentemente a los países aliados, esto se evidenció en las voces a favor de la ruptura con el Perú de los dirigentes bolivianos Mariano Baptista y Aniceto Arce, y en el respaldo chileno a la política boliviana, ofreciendo al gobierno de La Paz las provincias peruanas de Arica y Tacna, a cambio de Atacama y de la aceptación de una paz inmediata (Sater, 2007, pp. 343-344; De la Puente Candamo y De la Puente Brunke, 2016, p. 140).
El acta de la reunión entre Zilveti y Del Valle fue analizada por el canciller peruano Manuel Álvarez Calderón, quien consideró que, antes de aceptar el proyecto de tregua, era necesario conocer las discusiones sobre la cuestión del Pacífico en el Senado americano18 y esperar a la reunión en Washington del futuro Congreso Americano, convocado en noviembre de 1881, y en el que se debatiría el arbitraje como medio para dirimir los conflictos internacionales. Además, resaltó que la postración del Perú no le convendría a los Estados Unidos, pues era un aliado natural en el sur y su causa tendría que ser la suya, para evitar la conquista de Chile.19
En esos días se conoció el protocolo de Viña del Mar suscrito
entre W. Trescot y el canciller chileno Balmaceda, confirmándose la
ACMRE, cajas 7-13. Delegaciones y Comisiones. Año 1882. Memorando suscrito entre la legación del Perú en Bolivia y el Ministerio de Relaciones Exteriores de Bolivia. La Paz, 11 de febrero de 1882.
ACMRE, CC 149, ff. 73, 74, 80. Oficio 33 del Ministerio de Relaciones Exteriores a la legación del Perú en Bolivia. Huaraz, 3 de julio de 1882.
ACMRE, CC 149, ff. 73, 74, 80. Oficio del Ministerio de Relaciones Exteriores
a la legación del Perú en Bolivia. N. 33. Huaraz, 3 de julio de 1882.
pérdida de Tarapacá, lo que fue un duro revés para el gobierno provisorio porque expresó el repliegue del apoyo norteamericano: el secretario Blaine fue investigado por las cámaras legislativas por un posible involucramiento con el fraude de Shiperd y los reclamos de Cochet y Landreau.20 Fue reemplazado por F. Frelinghuysen, quien tomó una posición diametralmente opuesta a su antecesor. Trescot emprendió el retorno a Washington, pero antes la delegación americana pasó por La Paz y otra por Lima.21
Segundo momento: la Conferencia de Oruro y la reacción frente a la ocupación de Mollendo (mayo de 1882)
Una vez que García Calderón fue expatriado a Chile en noviembre de 1881, Montero se trasladó de Cajamarca a Huaraz en febrero de 1882. Para administrar el país tuvo el apoyo medular de la Delegación de Lima (conformada por Manuel Candamo y Carlos Elías) y por Camilo Carrillo en Arequipa, ex primer ministro del gobierno de La Magdalena, nombrado comisionado y luego jefe político militar del sur en 1882, relevando en su puesto al coronel José de la Torre por desavenencias en la conducción del departamento y del ejército,22 siendo desterrado a La Paz y nombrado como adjunto militar23 en la legación del Perú en Bolivia.24
ACMRE, CC 149, ff. 73, 74, 80. Oficio del Ministerio de Relaciones Exteriores
a la legación del Perú en Bolivia. N. 33. Huaraz, 3 de julio de 1882.
ACMRE, caja 281, file 17. Bolivia. 1882. Oficio 19 de la legación del Perú en
Bolivia al Ministerio de Relaciones Exteriores. La Paz, 31 de marzo de 1882.
ACMRE, caja 282, carpeta 1, Bolivia. 1882. Oficio 79 de la legación del Perú en
Bolivia al Ministerio de Relaciones Exteriores. La Paz, 31 de agosto de 1882.
ACMRE, caja 281, file 18. Bolivia. 1882. Oficio 48 de la legación del Perú en
Bolivia al Ministerio de Relaciones Exteriores. La Paz, 31 de mayo de 1882.
ACMRE, caja 282, file 17. Agentes confidenciales. 1882, f. 154. Oficio 177 de Delegación del Supremo Gobierno al Ministerio de Relaciones Exteriores. Lima, 23 de junio de 1882.
Ahora bien, la primera emergencia que tuvo que atender Carrillo fue la amenaza de una posible invasión, hacia el mes de mayo, de una guarnición chilena que pretendía desembarcar en Mollendo y bloquear el comercio con el exterior. Por ello, Carrillo estableció comunicación con Del Valle en La Paz para dimensionar la magnitud del problema y si podría escalar a uno mayor, por lo que, en última instancia, se decidió enviar al coronel Manuel Velarde, jefe de las fuerzas del ejército del sur, con rumbo a Bolivia para entrevistarse con Del Valle y el presidente Campero.25 Velarde arribó a La Paz el 10 de mayo y al día siguiente saldría para Oruro. En ausencia de Del Valle, la legación fue encomendada al secretario Seoane como encargado de negocios ad interim.26 Arribaron tres días después y en esa travesía fueron objeto de entusiastas manifestaciones, y el presidente boliviano les ofreció un banquete de recepción. Juntos revisaron las tropas con arengas en favor de la alianza, por lo que Del Valle agradeció enormemente este gesto.27
El 16 de mayo se reunieron con Campero para discutir qué actitud tomarían los ejércitos del Perú y Bolivia, en el caso de una invasión enemiga sobre Arequipa. También se discutió el curso de las negociaciones con Estados Unidos y el envío al Perú del diplomático boliviano Juan C. Carrillo.28 Por su parte, Campero les aseguró que no se mantendría indiferente ante la suerte del Perú, pero se requería un estudio más detenido, pues el ejército boliviano estaba
Archivo del Museo Nacional de Arqueología, Antropología e Historia del Perú [AMNAAHP], legajo 7, carpeta 33. Memorándum entre el presidente de Bolivia Narciso Campero y el ministro plenipotenciario del Perú en Bolivia, Manuel María del Valle. Partes 1 y 2. Oruro, 16 de mayo de 1882.
ACMRE, caja 281, file 18. Bolivia. 1882. Oficio 37 de la legación del Perú en
Bolivia al Ministerio de Relaciones Exteriores. La Paz, 10 de mayo de 1882.
ACMRE, caja 281, file 18. Bolivia. 1882. Oficio 42 de la legación del Perú en
Bolivia al Ministerio de Relaciones Exteriores. La Paz, mayo de 1882.
AMNAAHP, legajo 7, carpeta 33. Memorándum entre el presidente de Bolivia Narciso Campero y el ministro plenipotenciario del Perú en Bolivia, Manuel María del Valle. Parte 2. Oruro, 10 de mayo de 1882.
acantonado en Oruro y no podía abandonar este punto, porque dejaría desguarnecida toda su frontera. Por ello, opinó por no librar batalla29 y que el ejército peruano debía retirarse a Puno (Caivano, 1904, pp. 349-356).
Por su parte, el coronel Velarde expresó que el ejército en Arequipa no cedería ante las presiones de Chile y que su retirada a Puno provocaría automáticamente su pérdida, y que podría dejarse aislado a Cáceres en Ayacucho. Sin embargo, la llegada del nuevo armamento desde Buenos Aires, al unirse con el ejército boliviano en Puno, influiría en la moral de las fuerzas peruanas, siendo esta última idea reforzada por Del Valle. Después de escuchar ambas posiciones, Campero aceptó el proyecto de Velarde de no comprometer batalla en Arequipa, replegarse hacia Puno para conformar los ejércitos unidos como en San Francisco (1879) y Tacna (1880),30 de ser necesario saldría hasta Tarapacá, en el caso de que lograsen el triunfo (Parodi, 2001, pp. 112-115).
Por esta razón, Del Valle agradeció a Campero su adhesión al plan y lealtad hacia el Perú,31 y se suscribió un protocolo que sería revisado por el canciller Álvarez Calderón y el vicepresidente Montero para adoptar una posición oficial.32 Aquel consideró que no era posible que el ejército de Campero quedase paralizado en Oruro, dejando solo al ejército peruano sostener sus posiciones y esperar dos derrotas sucesivas en Arequipa, para recién reconcen-
AMNAAHP, legajo 7, carpeta 33. Anexo en Memorándum entre el presidente de Bolivia Narciso Campero y el ministro plenipotenciario del Perú en Bolivia, Manuel María del Valle. Parte 1. Oruro, 16 de mayo de 1882.
AMNAAHP, colección Velarde. Legajo 7, carpeta 26. Oficio de la legación del Perú en Bolivia al Ministerio de Relaciones Exteriores. La Paz, 22 de mayo de 1882.
AMNAAHP, legajo 7, carpeta 33. Anexo en Memorándum entre el presidente de Bolivia Narciso Campero y el ministro plenipotenciario del Perú en Bolivia, Manuel María del Valle. Parte 1. Oruro, 16 de mayo de 1882.
ACMRE, CC 150, f. 38. Oficio del Ministerio de Relaciones Exteriores a la Delegación de Lima. Huaraz, 16 de junio de 1882.
trarse en Puno.33 El 30 de mayo se aprobó un acuerdo para que la legación peruana recibiera 25,000 bolivianos, en compensación al apoyo recibido por el gobierno de Prado al inicio de la guerra (Parodi, 2001, pp. 92). Posteriormente, el 16 de junio, Del Valle salió hacia Arequipa para entrevistarse con Camilo Carrillo, jefe político militar del sur, para informarle de las gestiones en Oruro y conocer directamente la situación de Mollendo y los departamentos del sur, en caso de una posible invasión. Para ello, volvió nuevamente a encargar la legación con el secretario Seoane,34 siendo reconocido como encargado de negocios ad interim35 hasta su retorno en julio.36
Tercer momento: la misión boliviana de Juan Crisóstomo Carrillo en el Perú y sus conferencias en Lima y Huaraz (mayo-julio de 1882)
El diplomático boliviano Carrillo arribó a Lima el 10 de mayo y se reunió con los miembros de la Delegación de Lima.37 Estos enviaron a Huaraz sus cartas credenciales al canciller Álvarez Calderón, quien vio con satisfacción su venida como una forma para afianzar la alianza y la unidad americana.38 Pero pasaban los días y no se nombraba a ningún plenipotenciario peruano, porque «no se
ACMRE, CC 149, ff. 168-173. Oficio 35 del Ministerio de Relaciones Exteriores
a la legación del Perú en Bolivia. Huaraz, 1 de julio de 1882.
ACMRE, caja 281, file 18. Bolivia. 1882. Oficio 53 de la legación del Perú en
Bolivia al Ministerio de Relaciones Exteriores. La Paz, 16 de junio de 1882.
ACMRE, caja 281, file 18. Bolivia. 1882. Oficio 54 de la legación del Perú en
Bolivia al Ministerio de Relaciones Exteriores. La Paz, 19 de junio de 1882.
ACMRE, caja 281, file 18. Bolivia. 1882. Oficio 57 de la legación del Perú en
Bolivia al Ministerio de Relaciones Exteriores. La Paz, 10 de julio de 1882.
ACMRE, caja 282, file 17. Agentes confidenciales. 1882, f. 92. Oficio 127 de Delegación del Supremo Gobierno al Ministerio de Relaciones Exteriores. Lima, 10 de mayo de 1882.
ACMRE, CC 149. Oficio del Ministerio de Relaciones Exteriores a la misión especial de Bolivia en el Perú, Juan Crisóstomo Carrillo. Huaraz, 16 de mayo de 1882.
demuestra la necesidad como urgente».39 Carrillo indicó que pronto debía regresar para la instalación del Congreso boliviano en agosto de 188240 y así presentar los resultados de su misión.41 Sin embargo, la mortificación del diplomático boliviano iría en aumento, por lo que Manuel Candamo pidió no retardar más esta decisión para no perturbar las relaciones con Bolivia (De la Puente Candamo y De la Puente Brunke, 2016, p. 142).42
Finalmente, el 21 de junio se recibieron en Lima las cartas credenciales de los plenipotenciarios Juan Antonio Ribeyro y su hijo Ramón, ambos docentes de la Universidad de San Marcos,43 pero al final fue nombrado este último.44 Sus instrucciones reconocían la lealtad de Bolivia a la alianza, pero también mostraban que no confiaban en la tregua porque todavía se esperaba una nueva mediación de Estados Unidos. Por ello, se le pidió que los acuerdos no debían ser vinculantes, es decir, ad referendum45 para dilatar las negociaciones. Sin embargo, Ribeyro hizo todo lo contrario: le mos-
ACMRE, CC 150, f. 35. Oficio del Ministerio de Relaciones Exteriores a la Delegación de Lima. Huaraz, 18 de mayo de 1882.
ACMRE, caja 282, file 17. Agentes confidenciales. 1882, f. 118. Oficio 150 de Delegación del Supremo Gobierno al Ministerio de Relaciones Exteriores. Lima, 31 de mayo de 1882.
ACMRE, caja 282, file 17. Agentes confidenciales. 1882, f. 132. Oficio 155 de Delegación del Supremo Gobierno al Ministerio de Relaciones Exteriores. Lima, 8 de junio de 1882.
ACMRE, caja 282, file 17. Agentes confidenciales. 1882, f. 136. Oficio 164 de Delegación del Supremo Gobierno al Ministerio de Relaciones Exteriores. Lima, 14 de junio de 1882.
ACMRE, CC 150, f. 39. Oficio del Ministerio de Relaciones Exteriores a la Delegación de Lima. Huaraz, 21 de junio de 1882.
ACMRE, caja 282, file 17. Agentes confidenciales. 1882, f. 161. Oficio 179 de Delegación del Supremo Gobierno al Ministerio de Relaciones Exteriores. Lima, 27 de junio de 1882.
ACMRE, CC 150, ff. 107-109. Instrucciones del Ministerio de Relaciones Exteriores al plenipotenciario del Perú ante la misión especial boliviana en el Perú. Huaraz, junio de 1882.
tró a Carrillo que no tenía instrucciones firmes de la Cancillería.46 Las conferencias se desarrollaron entre el 27 y 29 de junio (Parodi, 2001, pp. 59-61; Querejazu, 1979, pp. 654-667; Phillips, 1973, pp.
269-270; Abanto, 2017b, pp. 192-193).
La actuación de Ribeyro no fue bien percibida por la Delegación de Lima y la Cancillería, pues «podía considerársele hasta como un desaire a la legación de Bolivia, y comprometían seriamente al Sr. Ribeyro».47 Cuando se publicaron los protocolos de estas conferencias en julio de 1883, en el diario chileno El Ferrocarril, se evidenció el rechazo a la tregua por parte del gobierno de Montero, y Chile lo usaría para justificar las negociaciones con Iglesias.48 Para evitar esta mala impresión, la Delegación de Lima se entrevistó con Carrillo y acordaron salir juntos con Ribeyro a Huaraz. Pero este cayó enfermo y el viaje fue postergado, lo que enervó los ánimos de Carrillo y salieron unos días después en el vapor italiano Zoagli.49
El 10 de julio el canciller Álvarez Calderón esperaba la llegada de la comitiva en el puerto de Casma50 y las conferencias en Huaraz se llevaron a cabo los días 15 y 16 de julio. El Consejo de Ministros y el canciller Álvarez Calderón consideraron estas conversaciones como la continuación de las negociaciones iniciadas por Del Valle, en febrero, en La Paz. El problema prioritario no era la discusión de la tregua, sino conseguir el reconocimiento del régimen de Mon-
ACMRE, CC 149, ff. 168-173. Oficio 35 del Ministerio de Relaciones Exteriores
a la legación del Perú en Bolivia (Huaraz, 1 de julio de 1882).
ACMRE, caja 282, file 17. Agentes confidenciales. 1882, f. 163. Oficio 183 de Delegación del Supremo Gobierno al Ministerio de Relaciones Exteriores (Lima, 5 de julio de 1882).
Carta 151 de Manuel Candamo a Teresa Álvarez Calderón (Chillán, 4 de julio de 1883), citado en De la Puente Candamo y De la Puente Brunke (2008, p. 377).
ACMRE, caja 282, file 17. Agentes confidenciales. 1882, f. 163. Oficio 183 de Delegación del Supremo Gobierno al Ministerio de Relaciones Exteriores. Lima, 5 de julio de 1882.
ACMRE, CC 150, f. 43. Oficio del Ministerio de Relaciones Exteriores a la Delegación de Lima. Huaraz, 10 de julio de 1882.
tero como el vigente en el Perú.51 Álvarez Calderón no aceptó la propuesta de tregua, pues todavía había negociaciones pendientes con Estados Unidos (Parodi, 2001, pp. 62-65; Bruce, 1999, p. 112;
Querejazu, 1979, p. 668; Viscarra, 1889, p. 294). Más adelante, los protocolos de Huaraz se publicaron también en el diario El Ferrocarril y Candamo calificó la actuación del canciller peruano de pobre, pequeño y hasta torpe frente a Carillo, ya que por sus decisiones produjeron un enorme daño al Perú.52
Cuarto momento: retomando el pacto de tregua aliado y la visita de Montero a La Paz (1882-1883)
Tras las victorias de Marcavalle, Concepción y Pucará (julio de 1882), el vicepresidente Montero dejó Huaraz y se trasladó a Arequipa, convirtiéndola en la nueva capital del Perú. El 6 de octubre se nombró plenipotenciario a Del Valle para discutir nuevamente el pacto de tregua con Bolivia53 (Parodi, 2001, pp. 67-69) y el canciller Valcárcel hizo las siguientes precisiones:54 tregua de plazo fijo de 12 meses a 18 meses, consentir en la ocupación de Tarapacá, excluir el guano y salitre e incluir las negociaciones de García Calderón en Chile.55 Sin embargo, esas conversaciones con Logan y la aparición de Iglesias en Cajamarca sería un problema en las negociaciones con Bolivia (Viscarra, 1889, pp. 307-310). Fueron más de tres con-
ACMRE, CC 149, ff. 168-173. Oficio 35 del Ministerio de Relaciones Exteriores
a la legación del Perú en Bolivia. Huaraz, 1 de julio de 1882.
Carta 152 de Manuel Candamo a Teresa Álvarez Calderón. Chillán, 5 de julio de 1883, citado en De la Puente Candamo y De la Puente Brunke (2008, p. 379).
ACMRE, CC 260, f. 3. Plenos poderes para la legación del Perú en Bolivia. Nº
2. Arequipa, 6 de octubre de 1882.
ACMRE, CC 260, ff. 3-5. Oficio 3 del Ministerio de Relaciones Exteriores a la
legación del Perú en Bolivia. Instrucciones. Arequipa, 6 de octubre de 1882.
ACMRE, caja 282, file 1. Bolivia. 1882. Oficio 111 de la legación del Perú en
Bolivia al Ministerio de Relaciones Exteriores. La Paz, 7 de octubre de 1882.
ferencias con el canciller Zilveti entre el 10 y el 14 de octubre.56 Posteriormente, el programa de la tregua fue presentado para su aprobación en el Congreso boliviano, donde se destacó que inicialmente el Perú se había negado a aceptarlo en Lima y Huaraz.57
Ahora bien, Del Valle preparó desde agosto58 el camino para generar las redes sociales necesarias con los diversos partidos políticos bolivianos:59 celebró banquetes con el presidente de la Cámara de Diputados y congresistas de La Paz (6 de septiembre),60 Cocha-bamba, Oruro y Potosí (10 de septiembre),61 Tarija, Santa Cruz y Beni (17 de septiembre).62 Cuando llegó el momento de discutir la cuestión internacional, Campero envío al Congreso al vicepresidente Salinas para que explicase los proyectos y no arriesgar la alianza.63 En medio de los debates, los grupos parlamentarios plantearon cen-surar al gabinete, pero finalmente Baptista retiró la moción.64
Las negociaciones sobre la tregua se reanudaron en noviembre
y se discutió la necesidad de establecer un plazo fijo. Mientras tanto,
ACMRE, CC 260, f. 9. Oficio reservado 22 del Ministerio de Relaciones Exteriores a la legación del Perú en Bolivia. Arequipa, 19 de octubre de 1882.
ACMRE, CC 260, ff. 11-13. Oficio reservado 49 del Ministerio de Relaciones
Exteriores a la legación del Perú en Bolivia. Arequipa, 26 de octubre de 1882.
ACMRE, caja 281, file 18. Bolivia. 1882. Oficio 45 de la legación del Perú en
Bolivia al Ministerio de Relaciones Exteriores. La Paz, 30 de mayo de 1882.
ACMRE, caja 282 carpeta 1, Bolivia. Oficio 67 de la legación del Perú en Bolivia
al Ministerio de Relaciones Exteriores. La Paz, 2 de agosto de 1882.
ACMRE, caja 282, carpeta 1, Bolivia. 1882. Oficio 85 de la legación del Perú en
Bolivia al Ministerio de Relaciones Exteriores. La Paz, 6 de septiembre de 1882.
ACMRE, caja 282, carpeta 1, Bolivia. 1882. Oficio 88 de la legación del Perú en
Bolivia al Ministerio de Relaciones Exteriores. La Paz, 11 de septiembre de 1882.
ACMRE, caja 282, carpeta 1, Bolivia. 1882. Oficio 96 de la legación del Perú en
Bolivia al Ministerio de Relaciones Exteriores. La Paz, 18 de septiembre de 1882.
ACMRE, CC 260, f. 16. Oficio reservado 65 del Ministerio de Relaciones Exteriores a la legación del Perú en Bolivia. Arequipa, 2 de noviembre de 1882.
ACMRE, caja 282, file 1. Bolivia. 1882. Oficio 99 de la legación del Perú en Bolivia al Ministerio de Relaciones Exteriores. La Paz, 23 de septiembre de 1882.
en el horizonte apareció una nueva amenaza para Montero: el norte se escindió del país con Iglesias a la cabeza, convocó a una asamblea y se autonombró presidente regenerador, quebrando la unidad política.65 Entonces, ¿tuvo algún provecho la tardía aprobación del pacto de tregua, suscrita en La Paz el 23 de noviembre de 1882? Debemos tener presente que las condiciones de la tregua fueron: la ocupación militar de Chile tendría como límite norte la quebrada de Camarones, se estipularía una zona neutral (quebrada de Camarones y el Morro de Sama) y una zona de libre tránsito para el comercio de Bolivia. Si no hubiese acuerdo, los plenipotenciarios de los países aliados se reunirían nuevamente para evaluar las condiciones chilenas (Parodi, 2001, pp. 141-142).
Sin embargo, para el 9 de diciembre, el Congreso boliviano terminó sus sesiones sin resolver nada sobre la cuestión internacional66 y fue rechazado por Chile,67 porque Bolivia pedía incluir a un representante del Perú en las conversaciones.68 El resultado de este fracaso fue comunicado a Montero en Arequipa y luego a Cáceres en Tarma.69 Esto motivó una urgente reunión entre el vicepresidente peruano y Campero, tal como lo hizo Piérola en junio de 1880. A fines de octubre, la Cancillería nombró a Alejandro Arenas como agente confidencial para acompañar a Montero a Bolivia.70
ACMRE, CC 260, f. 23. Oficio reservado 115 del Ministerio de Relaciones Exteriores a la legación del Perú en Bolivia. Arequipa, 23 de noviembre de 1882.
ACMRE, Caja 282, file 1. Bolivia. 1882. Oficio 172 de la legación del Perú en
Bolivia al Ministerio de Relaciones Exteriores. La Paz, 9 de diciembre de 1882.
ACMRE, CC 260, f. 30. Oficio reservado 149 del Ministerio de Relaciones Exteriores a la legación del Perú en Bolivia. Arequipa, 14 de diciembre de 1882.
ACMRE, CC 260, f. 32. Oficio reservado 142 del Ministerio de Relaciones Exteriores a la legación del Perú en Bolivia. Arequipa, 14 de diciembre de 1882.
ACMRE, CC 651, f. 17. Oficio 38 del Ministerio de Relaciones Exteriores al
Ministerio de Gobierno. Arequipa, 28 de diciembre de 1882.
ACMRE, CC 651, f. 11. Oficio 22 del Ministerio de Relaciones Exteriores a Alejandro Arenas, agente confidencial del Perú en Bolivia. Arequipa, 27 de octubre de 1882.
El viaje de Montero se produjo a finales de noviembre71 y en ese contexto se realizó un nuevo gesto con el aliado: se otorgó el ascenso al grado de general en el ejército boliviano a los jefes peruanos Manuel Velarde,72 César Canevaro y Andrés A. Cáceres.73 Esta fue una respuesta a los nombramientos en el ejército peruano de los militares bolivianos: Narciso Campero como general de división, Eleodoro Camacho como general de brigada y César Sevilla como coronel, entre otros (Parodi, 1998, p. 196).
Además, Montero74 aprovechó en ajustar los detalles del contrato ad referendum que suscribieron la casa comercial argentina Paz y Roselló con el agente Del Valle en noviembre de 1882.75 Mediante este documento se pretendía obtener fondos (600,000 libras esterlinas) y armas para el Perú.76 Sin embargo, los resultados de la búsqueda de fondos en Argentina, Uruguay,77 Francia,78 Bélgica79 e Inglaterra80 terminaron en un rotundo fracaso hacia el primer semestre de 1883 (Abanto, 2017a).
AMNAAHP, colección Velarde. Legajo 19, carpeta 140. Carta de Lizardo Montero a Manuel Velarde. La Paz, 6 de diciembre de 1882.
AMNAAHP, colección Velarde. Legajo 3, carpeta 75. Carta de Armando Vélez al coronel Manuel Velarde. Lima, 26 de diciembre de 1882.
ACMRE, caja 282, file 1. Bolivia. 1882. Oficio 170 de la legación del Perú en
Bolivia al Ministerio de Relaciones Exteriores. La Paz, 30 de noviembre de 1882.
ACMRE, CC 260, f. 26. Oficio reservado del Ministerio de Relaciones Exteriores a la legación del Perú en Bolivia. Arequipa, 7 de diciembre de 1882.
ACMRE, caja 282, file 1. Bolivia. 1882. Oficio 128 de la legación del Perú en
Bolivia al Ministerio de Relaciones Exteriores. La Paz, 26 de octubre de 1882.
ACMRE, caja 282, file 1. Bolivia. 1882. Oficio 148 de la legación del Perú en
Bolivia al Ministerio de Relaciones Exteriores. La Paz, noviembre de 1882.
ACMRE, CC 260, f. 89. Oficio 59 reservado del Ministerio de Relaciones Exteriores a la legación del Perú en Bolivia. Arequipa, 12 de abril de 1883.
ACMRE, CC 260, f. 111. Oficio reservado 98 del Ministerio de Relaciones Exteriores a la legación del Perú en Bolivia. Arequipa, 21 de junio de 1883.
ACMRE, CC 260, f. 122. Oficio reservado 114 del Ministerio de Relaciones
Exteriores a la legación del Perú en Bolivia. Arequipa, 12 de julio de 1883.
ACMRE, CC 129. Oficio reservado 185 de la legación del Perú en Bolivia al
Ministerio de Relaciones Exteriores. La Paz, 19 de julio de 1883.
¿Qué temas discutieron en las entrevistas Campero, Montero y Del Valle? Montero buscaría evitar que Bolivia firmase unilateralmente un tratado de paz con Chile y trataría de conseguir armas y financiamiento (Parodi, 1998, p. 197). Tras dos conferencias, se obtuvieron los siguientes resultados: movimiento de tropas bolivia-nas hacia la frontera con Puno y entrega de Bolivia de fondos para el sostenimiento del ejército de Arequipa por cuatro meses.81 En 1883, Bolivia volvería de nuevo sobre la idea de tregua, pero esta vez a través del canciller Quijarro, quien trató de evitar romper la alianza,82 aunque sí trató de incluir a Iglesias en las negociaciones como presidente paralelo para lograr la unidad política en el Perú, pese al rechazo de Montero (Parodi, 2001, pp. 72-73; Phillips, 1973, pp. 302-303).83
Luego del resultado adverso en Huamachuco (julio de 1883) se intentó fijar Tacna como sede de nuevas conferencias, pero Chile pedía como condición para negociar solo la presencia de Bolivia y no con el gobierno de Arequipa. Esto fue rechazado por el gobierno boliviano una y otra vez (Viscarra, 1889, pp. 311-313). Finalmente, Iglesias, inicialmente debilitado y encerrado en Cajamarca, fue impuesto por las fuerzas chilenas luego de la firma del protocolo de mayo y el tratado de Ancón en octubre de 1883, con condiciones muy duras para el país: entregando Tarapacá, reteniendo las provincias de Tacna y Arica, y que el Perú debía asumir su propia deuda con los acreedores extranjeros.
ACMRE, CC 260, f. 30. Oficio reservado 149 del Ministerio de Relaciones Exteriores a la legación del Perú en Bolivia. Arequipa, 14 de diciembre de 1882.
ACMRE, CC 260, f. 56. Oficio reservado del Ministerio de Relaciones Exteriores a la legación del Perú en Bolivia (Arequipa, 25 de enero de 1883).
ACMRE, CC 260, f. 125. Oficio reservado 118 del Ministerio de Relaciones
Exteriores a la legación del Perú en Bolivia. Arequipa, 12 de julio de 1883.
El cargamento Franck (1881-1882)
Un aspecto clave y muy poco estudiado por la historiografía peruana es la relación entre el traslado de armas del Perú, adquiridas en Europa con destino a Arequipa, y la actitud del gobierno boliviano. Uno de los primeros cargamentos de los que se tiene noticia son las armas remitidas por Miguel Franck desde mayo de 1881 por encargo de Piérola, es decir, tras la caída de Lima. Estas fueron adquiridas en Europa por 60,000 libras esterlinas entregadas por Toribio Sanz, agente diplomático y financiero en París.84 Desde 1882 y en más de tres expediciones,85 las armas empezaron a arribar a Buenos Aires para su conducción hacia Bolivia; por lo que se designó como comisionado a Andrés de la Torre Urízar, secretario de la legación del Perú en Argentina.86
Tras la renuncia de Evaristo Gómez Sánchez, ministro plenipotenciario en Argentina, los envíos fueron coordinados por Manuel Ocampo Samanez, cónsul en Buenos Aires, siendo conducido por el mismo Franck87 junto al coronel José R. de la Puente, enviado por la legación peruana en La Paz. Uno de los cargamentos contenía 4,000 rifles Remington y 998 sables de caballería ligera. Como vemos, las misiones diplomáticas peruanas eran claves porque tenían que pre-
BNP, Archivo Piérola, sobre 5000000927. Decreto 4 de la Secretaría General. Arequipa, 30 de mayo de 1881.
Archivo Histórico del Instituto Riva Agüero de la Pontificia Universidad Católica del Perú [AHRA-IRA-PUCP], colección Denegri, documento FDL 0407. Carta de Manuel María del Valle al vicepresidente Lizardo Montero. La Paz, 12 de julio de 1883.
ACMRE, caja 281, file 13. Argentina. 1882. Carta de Evaristo Gómez Sánchez.
Buenos Aires, 17 de marzo de 1882.
ACMRE, CC 149. Oficio 7 del Ministerio de Relaciones Exteriores a la legación
del Perú en Bolivia. Huaraz, 23 de marzo de 1882.
ver todo el aparato logístico del transporte: la consecución de mulas, contrato de arrieros, víveres y forraje para soportar todo el trayecto desde Rosario hasta La Paz.88 Una vez que las armas llegaban a Bolivia, el agente Del Valle se encargaba de velar por el traslado de las armas hasta el puerto de Chililaya, en la frontera con el Perú.
Como el transporte era carísimo, uno de los cargamentos de 175,000 municiones para fusiles Remington89 fue parte de un canje acordado con el gobierno boliviano en marzo de 1882.90 Para junio, la reposición de lo prestado se encontraba en Oruro91 y en julio fue recogido por el agregado militar José R. Pizarro.92 Otro canje se produjo tras la entrevista entre Del Valle con Campero, recibiendo del gobierno boliviano 50,000 mixtos fulminantes para cápsulas Remington y 10,000 municiones Remington para el ejército del sur. Esta cantidad sería repuesta por las armas que venían desde Argentina,93 siendo aprobado por la Cancillería en junio de 1882,94 haciéndose cada vez más evidente la falta de fondos.95
Hacia septiembre, Franck presentó su cuenta general que incluyó el pago por la compra de 855 mulas utilizadas en una de las
ACMRE, caja 281, file 18. Bolivia. 1882. Oficio 44 de la legación del Perú en
Bolivia al Ministerio de Relaciones Exteriores. La Paz, mayo de 1882.
ACMRE, caja 285, file 10. Argentina. 1883, f. 14. Carta 14 de Cesáreo Chacaltana al Ministerio de Relaciones Exteriores. Buenos Aires, 10 de mayo de 1883.
ACMRE, CC 260, f. 84. Oficio reservado 52 del Ministerio de Relaciones Exteriores a la legación del Perú en Bolivia. Arequipa, 5 de abril de 1883.
ACMRE, CC 260, f. 108. Oficio reservado 92 del Ministerio de Relaciones Exteriores a la legación del Perú en Bolivia. Arequipa, 14 de junio de 1883.
ACMRE, CC 129. Oficio reservado 188 de la legación del Perú en Bolivia al Ministerio de Relaciones Exteriores. La Paz, 26 de julio de 1883.
ACMRE, caja 281, file 18. Bolivia. 1882. Oficio 33 de la legación del Perú en
Bolivia al Ministerio de Relaciones Exteriores. La Paz, 7 de mayo de 1882.
ACMRE, CC 149, f. 72. Oficio 28 del Ministerio de Relaciones Exteriores a la
legación del Perú en Bolivia. Huaraz, 20 de junio de 1882.
AHRA-IRA-PUCP, colección Denegri. Documento FDL 0407. Carta de Manuel María del Valle al vicepresidente Lizardo Montero. La Paz, 12 de julio de 1883.
expediciones del comisionado De la Torre Urizar,96 quien después de varios viajes retornó a Buenos Aires en noviembre de 1882,97 siendo en octubre uno de los últimos cargamentos que llevó a Bo-livia.98 Toda esta experiencia logística sería replicada con los nuevos cargamentos llegados de Europa.
El cargamento Rosas (1883)
El ministro plenipotenciario del Perú en Francia e Inglaterra, Francisco Rosas, realizó diversas gestiones que tuvieron como resultado el envío, en febrero de 1883, de 4,000 rifles Remington y 800,000 cartuchos hacia Buenos Aires. Quedaba pendiente el envío posterior de doce cañones Krupp y seis ametralladoras Nordenfeld en buques de vela y no en vapores, para no levantar sospechas,99 en el primer semestre de 1883: Merlín (80,000 cartuchos y 400 rifles), Samuel (40,000 cartuchos, 15 cuñetas de pólvora, 6,000 espoletas, 6,000 estopines, 1,200 estopines), Nasmythe (cañones, cureñas, ruedas, ametralladoras), Anna, Themis (cartuchos) y Ero (cartuchos).100 Las armas debían llegar a tiempo para la defensa de Arequipa y del centro del país (Abanto, 2012, pp. 144-148).101
Para abril, Rosas prometió enviar otros 25,000 rifles Remington, cinco millones de cartuchos y doce ametralladoras, pero el can-
BNP, Archivo Piérola, sobre 5000000798. Carta de Miguel Franck a la legación del Perú en Bolivia. La Paz, 14 de septiembre de 1882.
ACMRE, caja 282, file 1. Bolivia. 1882. Oficio 161 de la legación del Perú en
Bolivia al Ministerio de Relaciones Exteriores. La Paz, 25 de noviembre de 1882.
AHRA-IRA-PUCP, colección Denegri. Documento FDL 0407. Carta de Cesáreo Chacaltana a Mariano Paz Soldán. Buenos Aires, 12 de octubre de 1883.
ACMRE, caja 284, file 6. Francia. 1883, f. 7. Oficio 2 de la legación del Perú en
Francia al Ministerio de Relaciones Exteriores. París, 1 de febrero de 1883.
AHRA-IRA-PUCP, colección Denegri. Documento FDL 0407. Carta de Cesáreo Chacaltana a Mariano Paz Soldán. Buenos Aires, 12 de octubre de 1883.
ACMRE, caja 284, file 6. Francia. 1883, f. 17. Oficio 3 de la legación del Perú en
Francia al Ministerio de Relaciones Exteriores. París, 16 de febrero de 1883.
ciller Valcárcel le pidió reducir estas cantidades y más bien enviarle dinero para solventar el desembarco y transporte vía terrestre hasta Puno.102 Por su parte, Montero le pidió girar por lo menos 5,000 libras esterlinas para entregárselas al cónsul Manuel Ocampo Sa-manez.103 El problema de la falta de fondos sería crucial para organizar las expediciones con el cargamento de Rosas, pues el Perú no disponía de dinero y era muy difícil acceder al crédito de las casas comerciales, siendo un verdadero dolor de cabeza para el agente peruano Cesáreo Chacaltana (Parodi, 2001, pp. 86-90; Abanto, 2012, pp. 144-148).104 Rosas llegó a proponer la venta de las caño-neras peruanas Diógenes y Sócrates,105 retenidas en Southampton (Inglaterra).106 No obstante, se desechó esa idea porque el dinero no era propiedad del gobierno peruano.107 En Arequipa consideraban que el giro salvador con fondos sería responsabilidad de Rosas y que llegaría en cualquier momento a Buenos Aires,108 pues las arcas fiscales eran insolventes.109
ACMRE, Caja 284, file 6. Francia. 1883, f. 33. Oficio 11 de la legación del Perú
en Francia al Ministerio de Relaciones Exteriores. París, 16 de abril de 1883.
ACMRE, CC 260, f. 96. Oficio 6 del Ministerio de Relaciones Exteriores a la
legación del Perú en Francia. Arequipa, 9 de mayo de 1883.
AHRA-IRA-PUCP, colección Denegri. Documento FDL 0407. Carta de Cesáreo Chacaltana a Lizardo Montero. Buenos Aires, 31 de marzo de 1883. General Lavalle 588 (altos).
ACMRE, caja 284, file 6. Francia. 1883, f. 7. Oficio 2 de la legación del Perú en
Francia al Ministerio de Relaciones Exteriores. París, 1 de febrero de 1883.
ACMRE, CC 260, f. 49. Oficio 3 del Ministerio de Relaciones Exteriores a la
legación del Perú en Francia. Arequipa, 8 de enero de 1883.
ACMRE, caja 284, file 6. Francia. 1883, f. 4. Oficio de la legación del Perú en
Francia a la Delegación del Supremo Gobierno. París, 16 de enero de 1883.
ACMRE, CC 260, f. 150. Oficio 5 del Ministerio de Relaciones Exteriores a
Cesáreo Chacaltana. Arequipa, 29 de agosto de 1883.
ACMRE, CC 260, f. 142. Oficio reservado 152 del Ministerio de Relaciones
Exteriores a la legación del Perú en Bolivia. Arequipa, 30 de agosto de 1883.
El otro problema era contar con la autorización del Ministerio de Guerra argentino, el cual no quería ver comprometido su neutralidad, por lo que dilató todas las gestiones del agente Chacaltana y el cónsul Ocampo.110 Desde Bolivia se enviaron a dos comisionados para conducir las armas: al coronel José R. de la Puente y al capitán Lisdoro Benavides.111 Para mayo, todavía no se conseguían los permisos de Argentina112 y en julio recién se obtuvo la ansiada licencia, luego de mucha persistencia.113 Con esta aprobación, se puso en marcha la salida de las armas para Bolivia, atravesando Tucumán, Salta, Jujuy114 hasta llegar a Tupiza, donde Del Valle empezaba su radio de acción. Cabe precisar que solo salió una expedición con armas (358 cajones con rifles Remington)115 y estuvo al mando del capitán Benavides, quien partió para encargarse de este cargamento desde La Paz en marzo.
Del Valle realizó las coordinaciones con Campero y logró el apoyo de las autoridades locales para agilizar el transporte de armas, las cuales serían entregadas en canje a Bolivia.116 Benavides llegó a Tupiza para la quincena de septiembre117 y para los primeros días de
ACMRE, caja 285, file 10. Argentina. 1883, f. 6. Carta 8 de Cesáreo Chacaltana
al Ministerio de Relaciones Exteriores. Buenos Aires, 13 de abril de 1883.
ACMRE, caja 285, file 10. Argentina. 1883, f. 3. Carta 5 de Cesáreo Chacaltana
al Ministerio de Relaciones Exteriores. Buenos Aires, 6 de abril de 1883.
ACMRE, caja 285, file 10. Argentina. 1883, f. 12. Carta 13 de Cesáreo Chacaltana al Ministerio de Relaciones Exteriores. Buenos Aires, 11 de mayo de 1883.
ACMRE, CC 260, f. 121. Carta 4 del Ministerio de Relaciones Exteriores a Cesáreo Chacaltana. Arequipa, 10 de julio de 1883. Chacaltana.
ACMRE, CC 260, f. 134. Oficio 133 del Ministerio de Relaciones Exteriores a la
legación del Perú en Bolivia. Arequipa, 9 de agosto de 1883.
ACMRE, CC 260, f. 138. Oficio reservado 142 del Ministerio de Relaciones
Exteriores a la legación del Perú en Bolivia. Arequipa, 16 de agosto de 1883.
ACMRE, caja 285, file 10. Argentina. 1883, f. 19. Carta de Cesáreo Chacaltana
al Ministerio de Relaciones Exteriores. Buenos Aires, 15 de diciembre de 1883.
ACMRE, CC 260, f. 149. Oficio reservado 163 del Ministerio de Relaciones
Exteriores a la legación del Perú en Bolivia. Arequipa, 13 de septiembre de 1883.
octubre estuvo en el puerto de Chililaya con 1,000 rifles Remington, 100,000 tiros de este sistema y los cañones Krupp entregados por el presidente Campero para defender los departamentos del sur.118 Lo que llama la atención es cuál sería la razón para acopiar tantas armas en Arequipa y hacer el monumental esfuerzo para trasladar armas de Buenos Aires hasta la Ciudad blanca, pues Montero nunca tuvo claridad en apostar por la paz (sea o no con la tregua, aunque no fue reconocido por Chile como gobierno peruano) o ser decidido partidario de la resistencia que encabezaba Cáceres en el centro.119
Pedido a Bolivia de armas para Cáceres y la caída de Arequipa (1883-1884)
En la medida en que llegaba el cargamento de Rosas, en mayo de 1883, la Cancillería le pidió a la legación peruana gestionar nuevamente, ante el general Campero, un préstamo de mil rifles Remington con sus respectivas municiones para enviarlos al ejército del general Andrés A. Cáceres,120 el cual venía siendo objeto de ataques de tres expediciones chilenas y que amenazaban con destruir las fuerzas de la resistencia. Este pedido se realizó en el marco de las reuniones del Congreso de Arequipa, donde Del Valle se incorporó a sus sesiones y donde se informó que la situación del ejército
ACMRE, CC 260, f. 167. Oficio reservado 182 del Ministerio de Relaciones
Exteriores a la legación del Perú en Bolivia. Arequipa, 11 de octubre de 1883.
«[…] el gobierno de Montero no hizo nada, ni por emprender campaña militar alguna, ni por apoyar a Cáceres, que luego de sus resonantes triunfos de julio necesitaba desesperadamente armas para pertrechar a los miles de voluntarios de los que disponía en la sierra central. Es patética la sucesión de cartas que envió a Montero, ora pidiendo, ora rogando, ora amenazando, reclamando en todos los tonos posibles los dos mil fusiles que Montero había prometido enviarle. Sin apoyo de ninguna especie, Cáceres tuvo que afrontar la más grande movilización de las fuerzas chilenas que en mayo de 1883 le obligaron a replegarse hacia el norte» (Manrique, 1988, pp. 81-133).
ACMRE, CC 260, f. 92. Oficio reservado 64 del Ministerio de Relaciones Exteriores a la legación del Perú en Bolivia. Arequipa, 3 de mayo de 1883.
del centro exigía la renovación del armamento, y debía también aumentar su número de efectivos por el nuevo ataque de las tropas chilenas.121 El seguimiento a este caso estuvo a cargo del senador Espiell.122
No obstante, Campero en Obrajes no aceptó el canje por las armas en Buenos Aires, porque temía una invasión chilena a Bolivia y por la experiencia de demora en la devolución de las 175,000 municiones prestadas y gestionadas por Del Valle. Aunque dio la posibilidad de que el canje se hiciera cuando las armas llegasen a La Paz.123 Posteriormente, tras la derrota en Huamachuco y al acercarse el ataque contra Arequipa, la Cancillería peruana le ordenó a Del Valle entrevistarse con urgencia con Campero para conocer su posición ante esta grave situación. Gran parte de los políticos peruanos, como Candamo, eran conscientes de que Bolivia no in-tervendría militarmente y Montero debía defender la ciudad o replegarse hacia el interior.124
Los resultados de la entrevista entre Del Valle y Campero tuvo dos resultados: envío hacia Arequipa de seis cañones, balas y accesorios, 2,000 rifles, 700,000 tiros, 10,000 varas bayetón y 100,000 soles; además de una división boliviana al mando del general Ren-dón en la frontera con Puno.125 Asimismo, el armamento depositado en Buenos Aires sería entregado por Chacaltana al Sr. Vaca
ACMRE, caja 283, file 15. Arequipa. 1883, f. 12. Oficio 847 de Belisario Suárez
al Ministerio de Relaciones Exteriores. Arequipa, 24 de mayo de 1883.
ACMRE, CC679, f. 18. Oficio del Ministerio de Relaciones Exteriores a los secretarios de la Cámara de Senadores del Congreso de Arequipa. Arequipa, 31 de mayo de 1883.
ACMRE, CC 260, f. 105. Oficio reservado 86 del Ministerio de Relaciones Exteriores a la legación del Perú en Bolivia. Arequipa, 7 de junio de 1883.
Carta 199 de Manuel Candamo a Teresa Álvarez Calderón. Valparaíso, 3 de octubre de 1883, citado en De la Puente Candamo y De la Puente Brunke (2008, p. 442).
AMNAAHP, colección Velarde. Legajo 3, carpeta 95. Carta de Manuel María del Valle al coronel Manuel Velarde. La Paz, 11 de octubre de 1883.
Guzmán, encargado de negocios de Bolivia en Argentina, para su conducción a La Paz como propiedad boliviana, es decir, se hacía nuevamente un canje.126 Vaca Guzmán recibió instrucciones de su gobierno y coordinó con Paz Soldán, nuevo ministro plenipotenciario peruano,127 para que pusiera todas las armas a su disposición — por orden del canciller boliviano Quijarro— y sean transferidas a la casa Colombres.128 Sin embargo, con la llegada al poder de Iglesias, estos acuerdos quedaron paralizados.
Tras la caída de Arequipa (octubre de 1883), Iglesias firmó el tratado de Ancón y se consolidó en el poder con el apoyo de las fuerzas chilenas (Parodi, 2001, pp. 121-124; Pereyra, 2015; Abanto, 2001, pp. 160-164). El nuevo gobierno nombró el 6 de noviembre129 nuevamente a Bustamante como agente diplomático en Bolivia para restablecer y delinear las nuevas relaciones con el Perú,130 esperando aprovechar su experiencia en el puesto en La Paz en 1880 y 1881. Estuvo acompañado por Teobaldo E. Corpancho (secretario), por el sargento mayor Martín Bustamante (adjunto militar) y por Arte-mio Cabieses (amanuense).131
El 5 de diciembre se reunió con el presidente Campero, pero la Cancillería peruana quedó disconforme con los resultados de la en-
ACMRE, CC 260, f. 170. Oficio reservado 187 del Ministerio de Relaciones
Exteriores a la legación del Perú en Bolivia. Arequipa, 18 de octubre de 1883.
AHRA-IRA-PUCP, colección Denegri. Documento FDL 0407. Carta 29 de Cesáreo Chacaltana a la legación del Perú en las Repúblicas del Plata. Buenos Aires, 29 de octubre de 1883.
AHRA-IRA-PUCP, colección Denegri. Documento FDL 0407. Oficio de la legación de Bolivia en Argentina a la legación del Perú en Argentina. Buenos Aires, 29 de octubre de 1883.
ACMRE, CC 165, f. 109. Decreto del Ministerio de Relaciones Exteriores. Lima, 6 de noviembre de 1883. Lavalle.
ACMRE, CC 193. Instrucciones del Ministerio de Relaciones Exteriores a la legación del Perú en Bolivia. Lima, noviembre de 1883.
ACMRE, CC 165. Decretos del Ministerio de Relaciones Exteriores. Lima, 6 y 10 de noviembre de 1883.
trevista, pues comprometió la situación de Tacna y Arica,132 siendo retirado de La Paz el 18 de abril de 1884133 y reemplazado en mayo por Juan Luna,134 quien llegó a Bolivia en medio de la guerra civil entre Iglesias y Cáceres. Tras la salida de Montero, Bolivia firmaría finalmente un pacto de tregua con Chile en abril de ese mismo año (Viscarra, 1889, pp. 324-334). En medio de esta nueva división peruana, Cáceres había nombrado agente confidencial a Del Valle en junio y fue reconocido oficialmente por el gobierno boliviano,135 incrementando las tensiones entre Iglesias y el saliente presidente Campero. Estas relaciones no cambiarían con la asunción del nuevo presidente Gregorio Pacheco, elegido en 1884.
A pesar de la caída de Lima, la alianza entre el Perú y Bolivia se mantuvo vigente a través de la acción efectiva de la legación peruana en La Paz, gestionadas por Enrique Bustamante (1881) y, especialmente, por Manuel María del Valle (1882-1883). La mantención de la alianza tuvo como un ágil colaborador a Bustamante, quien hizo posible la visita de Piérola a La Paz en junio de 1880 y trató de evitar el aislamiento de su gobierno. Aunque no hubo un despliegue militar efectivo, sí existieron discursos y gestos, como la firma de tratado comercial, que no prosperaron en medidas más concretas por la irrupción de Estados Unidos en su papel mediador y de apoyo del naciente gobierno de Francisco García Calderón.
ACMRE, CC 165, f. 118. Oficio 8 del Ministerio de Relaciones Exteriores a la
legación del Perú en Bolivia. Lima, 21 de enero de 1884.
ACMRE, CC 165, f. 137. Oficio 38 del Ministerio de Relaciones Exteriores a la
legación del Perú en Bolivia. Lima, 19 de abril de 1884.
ACMRE, CC 165, f. 139. Oficio 42 del Ministerio de Relaciones Exteriores a la
legación del Perú en Bolivia. Lima, 8 de mayo de 1884.
ACMRE, CC 165, f. 149. Oficio 61 del Ministerio de Relaciones Exteriores a la
legación del Perú en Bolivia. Lima, 13 de junio de 1884.
Por otro lado, tras el destierro de este, el agente Del Valle llegó a afianzar las relaciones con el presidente Campero y los ministros bolivianos de Relaciones Exteriores Pedro Zilveti y Antonio Quijarro. Las acciones conjuntas de los aliados se materializaron en dos aspectos específicos: el pacto de tregua y el transporte de armas peruanas desde Buenos Aires. Sobre el primer tema, una evaluación del proceso de negociación de la tregua, en esta parte de la historia diplomática de la Guerra del Pacífico, nos permite apreciar que esta surge como una idea a fines de 1881, tras la propuesta recibida por Mariano Baptista en Tacna, quien lo habría recibido de manera personal y no oficial. Posteriormente, el gobierno boliviano tomará el asunto de la tregua dentro de su agenda diplomática a través de la misión de Juan C. Carrillo y su viaje al Perú, entre mayo y julio de 1882.
Sin embargo, tras las conferencias celebradas en Lima y Huaraz, el vicepresidente Montero rechazó esta propuesta porque aún consideraba posible la intervención de Estados Unidos, dejándolo sin reflejos para formular una salida frente a la guerra. Esto le costará muy caro a Montero porque meses después, cuando se instaló en Arequipa en agosto de 1882, solicitó reanudar la discusión de una tregua conjunta. Esta sería suscrita en La Paz en noviembre de ese año entre el canciller boliviano Zilveti y el agente peruano Del Valle. Pero ya Chile no deseaba negociar con los aliados, sino que esperaba hacerlo unilateralmente con cada país, incidiendo en la ruptura de la alianza, quedó así en evidencia su posición al no reconocer oficialmente al gobierno provisorio e inició negociaciones de paz solo con el general Iglesias. Todo esto muestra cómo el gobierno de Campero adoptó la posición de tregua como una salida diplomática frente a las voces crecientes de la oposición y otras que planteaban un mayor acercamiento con Chile, dejando cada vez más condicionado y presionado a Campero.
En cuanto al transporte de armas, el agente Francisco Rosas y Miguel Franck enviaron armamento a Buenos Aires para que
fuese conducido hacia el Perú vía terrestre. Sin embargo, los al-tísimos costos para movilizarlo y la falta de autorización del gobierno argentino para descargarlo hicieron naufragar todos estos esfuerzos. En medio de la carencia del erario nacional, Campero brindó diversos auxilios para trasladar parte de los cargamentos que fueron enviados entre 1882 y 1883, llegando a Arequipa por el tren procedente de Puno. Sin embargo, todo este armamento no fue entregado al ejército de Cáceres en el centro y provocó su caída en Huamachuco. Todas esas armas acopiadas por meses no fueron aprovechadas como disuasivo dentro de la estrategia diplomática por Montero, pues cayeron íntegras en manos chilenas cuando cayó Arequipa en octubre de 1883, poniendo fin también a la alianza.
De esta manera, es interesante comprobar que, a pesar de la aparente desaparición de la alianza con Bolivia tras la batalla de Tacna y las conferencias de Arica en 1880, esta subsistió y reapareció con mayor fuerza tras las visitas a La Paz de los presidentes Piérola y Montero en 1881 y 1882, respectivamente. Para evitar el aislamiento internacional, el gobierno peruano motivó que su política exterior buscase un acercamiento con Bolivia para impedir que Chile toma-se la iniciativa, pero este esfuerzo fue neutralizado por el aparente respaldo de Estados Unidos al gobierno de García Calderón. Ese espejismo de la paz para preservar Tarapacá por la vía diplomática dejaría en la incertidumbre y completamente paralizado a Montero, perjudicando al Perú y a la alianza con Bolivia para trazar planes conjuntos como la tregua.
El autor declara no tener conflicto de intereses.
2022, el autor.
Este artículo es de acceso abierto, distribuido bajo los términos y condiciones de la licencia de Creative Commons (CC BY) (https://creativecommons. org/licenses/by/4.0/).
Archivo del Ministerio de Relaciones Exteriores del Perú [ACMRE]
Serie correspondencia, Servicio diplomático del Perú en Argentina, Bolivia y Francia
Caja 281, file 13. Argentina. Año 1882.
Caja 281, files 17, 18. Bolivia. Año 1882.
Caja 282, carpeta 1, Bolivia. Año 1882.
Caja 284, file 6. Francia. Año 1883.
Caja 285, file 10. Argentina. Año 1883.
Serie correspondencia, Ministerio de Relaciones Exteriores
Caja 282, file 17. Agentes confidenciales. Año 1882. Cajas 7-13. Delegaciones y Comisiones. Año 1882. Caja 283, file 15. Arequipa. Año 1883.
Cuadernos copiadores
CC 149, CC 150, CC 165, CC 193, CC 260, CC 651, CC 679. Años
1882-1883.
Archivo del Museo Nacional de Arqueología, Antropología e Historia del Perú [AMNAAHP]
Colección Velarde: legajo 3 (carpetas 75 y 95), legajo 7 (carpetas
26 y 33) y legajo 7 (carpeta 26) y legajo 19 (carpeta 140). Años
1882-1883.
Archivo Histórico del Instituto Riva Agüero de la Pontificia Universi-
dad Católica del Perú [AHRA-IRA-PUCP]
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Biblioteca Nacional del Perú [BNP]
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El presente artículo ha sido posible gracias al apoyo brindado por la Beca Riva Agüero y Fundación Bustamante de la Fuente de la Pontificia Universidad Católica del Perú (2021), para la elaboración de la tesis de maestría en Historia «La política exterior peruana durante la Guerra del Pacífico (1879-1884): las conexiones de las misiones diplomáticas del Perú en América y Europa».
Fecha de recepción: 1 de septiembre de 2021. Fecha de evaluación: 25 de noviembre de 2021. Fecha de aceptación: 17 de diciembre de 2021. Fecha de publicación: 1 de junio de 2022.